miércoles, 15 de febrero de 2012

Hace 9 años

Hace nueve años y un día, el 14 de febrero de 2003 salí a comer pollo con mi amigo Leo. La salida era muy especial. Y Leo se encargó de recordarmelo con la pregunta: "Te das cuenta de que a partir de mañana el desayuno de tu casa depende ti?"

Al día siguiente, el sábado 15 de febrero de 2003 me levanté temprano; a las 6 de la mañana ya estaba en la ducha, viviendo en una nebulosa lo que sería "El día de mi boda". Las invitaciones habían sido enviadas un mes atrás o más, teníamos el nidito listo para ir a habitarlo, en un departamento en el centro, al cual habíamos amoblado desde octubre del 2002 (siempre con tiempo, como le gusta a mi marido). El tocado de flores frescas para mi cabello descansaba en el refrigerador. 3 días antes me habían entregado mi vestido de novia y el largo velo estaba cuidadosamente doblado y guardado para llevarlo a la peluquería donde Toño, mi peluquero desde los 18 años, me transformaría en princesa de cuento de hadas.
Así eran nuestros aros (hace 9 años
En julio del 2002 él había ido a mi casa, a pedir la mano con sus papás. Cocinamos mi mamá y yo juntas. Para mí era muy importante el cocinar en persona. La verdad es que eso es algo que nunca pude cambiar. Fue catastrófico el pensar en el famoso menú para esa noche porque en un principio contenía carnes, pero mi suegro se había hecho un procedimiento en los dientes lo que le evitaba mascar... No puedo negar que lloré, porque todo estaba listo y el plan se me iba de las manos. Mi mamá, que siempre tiene una actitud de "no te preocupes, todo se arreglará", ideó una crema de espárragos para él y pudimos servir la carne planificada y para el que quería, sería la sopa. Esa noche recibí los aros que intercambiaríamos en nuestra boda, para que pudiera guardarlos hasta ese día.
Este era el famoso tocado
El día de nuestra boda, a las 6:45 salimos de la casa mi papá, mi mamá y yo. Mi papá dejó primero a mi mamá en la peluquería, luego fue mi turno y él se fue al mercado a tomar desayuno. Cuando estaba empezando mi arreglo... SORPRESA!!! había llevado mi velo, pero mi tocado se había quedado en el refrigerador (ya lo dije, Soy despistada). Llamé a mi casa para que mi hermano me lo mande pero él dormía y no contestó el teléfono. Llamé al celular de mi papá, pero él aún no lo había encendido y mi mamá no tenía celular... estuve al borde del llanto. El buen Toño me tranquilizó y me dijo que empezaría por el maquillaje, que no me preocupara. En medio del proceso apareció mi papá, como enviado por alguien, preguntando si ya estaba lista. Fue excelente. Pudo llevar el tocado a tiempo y llegué a casa con la suficiente anticipación como para cambiarme.

Lo malo es que, como estaba lista a tiempo, empecé a ponerme ansiosa. Empecé a dar vueltas "sobre mi propio eje" y mi mamá me dijo que no lo hiciera porque mi velo podía salirse. Para empeorar todo, mi cuñado debía recogerme 10 minutos antes de la ceremonia, pero se había atrasado... 5 minutos, porque se había perdido.... los 5 minutos más largos de la historia. Cuando llegó y tocó el Ding yo ya estaba afuera antes del Dong. Me tomó fotos en la puerta, sola y con mi mamá y fuimos a la Iglesia.

Al llegar a la Iglesia la menor de mis cuñadas hizo que él se diera la vuelta para no verme... Empezó la marcha nupcial, ingresó él con su mamá, mi mamá con su papá, mi cuñada como dama de honor y luego yo. El, como no me vio, se sorprendió al verme. Yo no había compartido con nadie el modelo de mi vestido, así que fue "sorpresa". Además el maquillaje puede hacer milagros y esa era una prueba. Me veía y sentía radiante. Y estaba muy feliz.
La torta la hizo una tía. Estuvo deliciosa

Más tarde nos dijimos el sí, frente a nuestros amigos y familiares y desde ese día construimos el hogar que tenemos, con los altibajos naturales y los momentos típicos de una pareja.

Hoy cumplimos 9 años de matrimonio y compartimos la visión de pasar juntos nuestra vida hasta la vejez, imaginando sentarnos a tomar un tecito con empanadas al lado de una ventana viendo pasar el mundo delante de nuestros ojos, mientras hacemos el recuento de nuestra vida como pareja.

A veces prefiero referirme a él como  "mi novio", para mantener esa ilusión del noviazgo así que...

QUE VIVAN LOS NOVIOS!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario