La familia de mi esposo es del oriente y mi familia es del altiplano... es obvio que las diferencias culturales son evidentes, pues el oriente es "tropical" si se puede llamar así, mientras que el altiplano es frío. De igual manera las costumbres son diferentes, tanto en la alimentación, como en muchas otras cosas... el oriental es más fiestero; el altiplánico es más reservado (debí ser oriental jajajaja)
Hoy se puso en evidencia la diferencia del menú en nuestra mesa. La señora que cocina en la casa trabajó un buen tiempo en casa de mi suegra, de manera que sabe cocinar los platos "típicos" del oriente. Por otro lado ella misma es del altiplano, y con las cosas que le enseñé yo, hace comida "occidental". Ella es tan independiente que ni es necesario dejarle una sugerencia de menú para que cocine. Y casi nunca tengo sorpresas desagradables... hasta hoy.
Y sucede que la comida que menos me gusta es el famosísimo locro. Además es sabido que a las personas que no son del oriente, no suele gustarles el locro, así que lamento informar que soy una más del montón. Y tuve que comer... no logré terminarlo por completo, pero tuve que comer algo... rogando que se enfríe de una vez para poder terminarlo de un tirón
Cuando puse la cara de desagrado, mi marido, con la risa ahogada me dijo que lo mismo le pasa cuando come guiso de lentejas... y pensé que es lo mismo que le pasa con el pastel de quinua que me encanta, pero a él no le hace gracia para nada.
Eso sí, el refresquito de achachairú (también oriental) que había en el almuerzo, no me lo perdía ni loca!
Bueno... eso nos pasa por querernos en la diversidad no?
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